Por qué las olas de calor deberían inspirarnos a todos para acelerar la acción por el clima
2022 va camino de convertirse en el quinto año más caluroso jamás registrado. Y nos hace pensar: ¿qué más tiene que pasar para que nuestros líderes mundiales tomen medidas reales e inmediatas?
Mientras las olas de calor azotan el hemisferio norte, no podemos evitar pensar en el estado actual del planeta. En junio de 2022 se registraron temperaturas récord en las zonas terrestres del planeta, sobre todo en Europa, Reino Unido, Estados Unidos y China. Estas temperaturas terrestres han aumentado más de 1,5 °C desde la década de 1980.
Para ayudar a concienciar sobre el cambio climático y sus diversas repercusiones -y animar a todo el mundo a aumentar la presión sobre nuestros líderes políticos- hablamos de las olas de calor y su importancia en nuestras vidas, del estado del planeta y del extenso tema del cambio climático. Y, lo que quizá sea más importante, compartimos algunos consejos sobre cómo adaptarnos y mantenernos a salvo mientras las olas de temperaturas récord siguen azotando nuestras ciudades.
Cómo el cambio climático provoca olas de calor
Los fenómenos meteorológicos extremos son una de las consecuencias más evidentes del cambio climático. Pero es importante señalar que el cambio climático y el tiempo no son lo mismo. ¿Qué queremos decir con esto?
Es innegable que el cambio climático ha provocado un aumento de las temperaturas globales en las últimas décadas. En todo el mundo, el número de días cálidos (que superan el percentil 90) se ha duplicado en los últimos 60 años, de modo que los máximos históricos se producen el doble de veces que los mínimos históricos. Para mediados de siglo, la Evaluación Nacional del Clima estima que en la mayoría de las zonas habrá entre 20 y 30 días más de 32,2 °C (90 °F).
Es tentador pensar que el cambio climático equivale a olas de calor. Pero la realidad es que las olas de calor son sólo uno de los efectos adversos del cambio climático. Es posible que algunas zonas no sientan el calor, sino que se vean afectadas por otros fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas invernales e inundaciones repentinas.
En general, esta tendencia al aumento de las temperaturas se traduce en veranos más largos y calurosos e inviernos más cortos y suaves. En esos meses de verano, es posible encontrarse con olas de calor abrasador, como muchos de nosotros estamos experimentando ahora. Al mismo tiempo, este aire más cálido hace que se evapore más humedad de la superficie terrestre a la atmósfera. Esta humedad atrapada en la atmósfera suele liberarse a finales de año, lo que puede provocar fuertes nevadas y heladas extremas en los meses más cortos del invierno. En un año, muchas personas pueden experimentar ambos extremos.
Decimos todo esto para reiterar el concepto de que el cambio climático no sólo se manifiesta en forma de olas de calor, sequías e incendios forestales. El planeta y sus ecosistemas son delicados y sinérgicos. Dependen del equilibrio y de entradas y salidas constantes para prosperar y funcionar como se espera de ellos. El cambio climático rompe este equilibrio a gran escala, causando todo tipo de complicaciones que trascienden las estaciones y los tipos de clima.
Los efectos del calor extremo
El calor extremo no sólo es incómodo, sino que puede provocar otros problemas y riesgos para la salud, algunos de los cuales se explican a continuación.
- Más clima extremo: El calor puede preparar el terreno para sequías e incendios forestales. Como ya se ha explicado, también puede provocar (sorprendentemente) inundaciones repentinas y tormentas invernales. Además, las ciudades son propensas a sufrir el efecto de isla de calor urbano: las carreteras, las aceras y los edificios absorben el calor, lo que aumenta la temperatura entre 1 y 7°F adicionales. Este fenómeno puede aumentar los costes energéticos en las ciudades (por ejemplo, el aire acondicionado) y continuar el círculo vicioso del cambio climático.
- Salud humana: Las olas de calor pueden causar estrés térmico en los seres humanos, una condición en la que el cuerpo se vuelve incapaz de enfriarse. De hecho, el calor extremo es una de las principales causas de muertes relacionadas con el clima en Estados Unidos. Las temperaturas extremas también pueden afectar a la calidad del aire, aumentando la producción de ozono troposférico, que puede dañar el sistema respiratorio. Estos problemas relacionados con el calor afectan de manera desproporcionada a quienes carecen de acceso a la refrigeración (a menudo comunidades con bajos ingresos) y trabajan al aire libre.
- Agricultura: Las altas temperaturas afectan directamente a la agricultura, ya que muchos cultivos necesitan noches frescas para prosperar. El ganado también corre peligro durante los días calurosos, ya que también es susceptible al estrés térmico. Por no hablar de que las sequías y los incendios forestales pueden tener efectos devastadores en la agricultura y el uso de la tierra a gran escala. Todos estos factores repercuten en la seguridad alimentaria, alterando un sistema ya de por sí frágil.
- Energía: Las altas temperaturas no sólo aumentan la demanda de refrigeración, sino que también pueden reducir la eficiencia de las líneas eléctricas. Por eso las olas de calor pueden provocar apagones. Resulta tentador pensar que unos inviernos más suaves pueden "compensar" este aumento de la demanda energética, pero los modelos predicen que el consumo total de energía en EE.UU. seguirá aumentando a medida que nuestro futuro sea más cálido.
Tenga en cuenta que estos son sólo ejemplos de los efectos de las olas de calor, no del cambio climático en su conjunto. El aumento de las temperaturas a lo largo del tiempo ha provocado (y seguirá agravando) cambios en los ecosistemas, la subida del nivel del mar y otros fenómenos.
Cómo adaptarse y mantenerse a salvo
Hay muchas formas de reforzar la resistencia frente al calor extremo, algunas de las cuales se describen a continuación.
- Cree un plan de preparación ante el calor. Para nosotros, como empresa, puede consistir en abrir centros de refrigeración para que las comunidades vulnerables se reúnan durante los periodos de calor extremo. Para usted, como individuo, puede consistir en reunirse con miembros de su comunidad o lugar de trabajo para establecer un plan (por ejemplo, educar sobre el estrés térmico y crear centros de refrigeración) en caso de ola de calor o apagón energético.
- Plante árboles, sobre todo en zonas urbanas. Estos árboles no sólo proporcionan sombra adicional, sino que también pueden ayudar a enfriar el aire utilizando la radiación interceptada para crear energía para la evapotranspiración (el proceso en el que los árboles "sudan" para enfriarse). Nuestros equipos de diseño han plantado árboles estratégicamente alrededor de nuestros santuarios para conseguir este efecto.
- Promover la instalación de tejados verdes. Como marca con acceso a paisajistas de confianza, hemos instalado tejados verdes para reducir el efecto isla de calor urbano en las ciudades de nuestro entorno. Si puedes, te animamos a que explores el Cool Roofs and Cool Pavements Toolkit y hables con tus empresas sobre la posibilidad de invertir en uno.
- Explore diversos métodos de eficiencia energética. Esto podría implicar el uso de bombillas de bajo consumo, apagar todos los dispositivos electrónicos cuando se ausente durante períodos prolongados, utilizar los cargadores de sus dispositivos sólo cuando realmente los necesite, apagar todas las luces no esenciales, subir el termostato cuando pueda o cerrar las persianas. En todas nuestras propiedades, practicamos una gestión responsable de la energía utilizando equipos con certificación LEED , sistemas inteligentes de calefacción y refrigeración, planos de diseño que maximizan la luz natural, persianas que reducen la acumulación de calor y control de la energía en tiempo real.
Si bien estos son lugares estupendos para empezar a nivel individual e industrial, también debemos centrar nuestra energía en los ámbitos estatal y nacional. Como siempre, te animamos a que actúes para instar al gobierno a que tome medidas contra el cambio climático. Para empezar, te recomendamos el recurso Actúa ya del PNUMA, que describe acciones e ideas concretas para ayudarte a impulsar el cambio en tu zona y aumentar la presión política.
