Meditación semanal 4: Persistencia mental
"La ansiedad es estar aquí, pero querer estar allí".
Mi naturaleza es de tipo A. Le doy demasiadas vueltas a las cosas y, por lo general, las afronto con una ambición estudiada. La meditación no fue una excepción. Había leído todos los pasos. Tenía un plan. Estaba preparada. Sin embargo, pronto aprendí que la meditación no sale según lo previsto. Me sentía frustrada y decepcionada conmigo misma cuando estaba constantemente distraída o inquieta.
Me explicó que, en esencia, la meditación consiste en estar firmemente anclados en el presente y reconocer que no somos nuestra mente ni nuestros pensamientos. En realidad, somos la presencia que observa esas cosas y estamos separados de ellas: no nos definen. Al ser este observador, podemos empezar a aceptar el presente en todas sus formas y liberarnos de las expectativas. Esto es progreso. La naturaleza de la meditación significa que no hay forma de hacerlo mal: la distracción puede parecer contraproducente, pero al observarla podemos aceptarla y, en última instancia, superarla.
Tenlo en cuenta en el consejo de esta semana: en lugar de desanimarte por una mente errante e intentar alcanzar un estado futuro perfecto, quédate aquí. Sé amable contigo mismo. Vuelve a centrarte tantas veces como necesites. Todo forma parte del proceso.
Esta semana, vamos a seguir profundizando en lo que hemos aprendido con algunas herramientas para la persistencia mental y la concentración.
Jugaremos con diferentes técnicas en las próximas semanas (como mantras y visualizaciones) y podrás descubrir qué funciona mejor para ti. Te recomiendo que pruebes cada técnica durante varios días.
Esta semana vamos a elegir una parte de nuestro cuerpo a la que dirigir nuestra atención. Si eres una persona emocional o devota, quizás te centres en el corazón. Si eres más intelectual, quizás te centres en el centro de la frente. No hay un punto correcto o incorrecto, pero elige uno que te haga sentir bien y quédate con él durante toda la meditación.
Esto es lo que hay que hacer: Siéntate cómodamente, en una postura en la que no estés inquieto ni incómodo. Programa un temporizador. Cierra los ojos y respira profundamente por la nariz, exhalando por completo y recorriendo rápidamente el cuerpo para liberar cualquier tensión. Haz varias rondas de inhalaciones y exhalaciones contando hasta 4, haciendo la respiración un poco más suave cada vez. Cuando estés preparado, envía tu atención a la cabeza o al corazón. Si te resulta útil, puedes repetir la palabra "OM" en silencio durante toda la exhalación. A mí me resulta útil imaginar que la palabra emerge de mi lugar de concentración, que resuena en mi cabeza o en mi corazón. Encuentra la sincronía entre tu respiración y tu cuerpo. Si tu mente se distrae, tómate un segundo para observar tu diálogo interior sin juzgarlo y, a continuación, tráelo de vuelta suavemente. Hazlo tantas veces como necesites.
Ya llevamos cuatro semanas. Espero que estés disfrutando de la serie y del camino de autodescubrimiento a través de la mediación.
